Conoce tu historia

Si queremos comprender cómo llegamos a este punto en nuestras vidas, sea este bueno o malo, es necesario detenernos y reflexionar, revisar nuestro pasado para entender nuestra historia, nuestros miedos, nuestros hábitos. Solo de esta manera comprenderemos nuestro presente y podremos crear nuestro futuro. Necesitamos echarnos un clavado a nuestro interior para conocer nuestro pasado. Conocer nuestra historia es un forma de interpretar nuestra identidad, mas no es una forma de predecir nuestro futuro. El futuro no existe, es algo que día a día vamos construyendo a través de nuestras decisiones y nuestras acciones del presente.

En ocasiones, no comprendemos a cabalidad nuestra realidad. La realidad simplemente es y no siempre es como quisiéramos que fuera. Suceden acontecimientos en nuestras vidas día a día, y a pesar de que no comprendamos el por qué de determinadas situaciones, con el tiempo entenderemos el por qué se dieron de una forma determinada.

Si es posible investigar un poco la historia de nuestros ancestros, debemos hacerlo, es una excelente manera de conocernos también a nosotros mismos. Nos ayuda a tener conciencia del momento en el que vivimos.

El presente nos debe dar la pauta para hacerle las preguntas a nuestro yo del pasado, solo así podremos aprender de nuestras experiencias pasadas que ayudan a comprender nuestro presente, y así encaminar nuestras acciones hacia el futuro que queremos.

A nuestra historia se le analiza, se le aprende; no se le juzga ni se le pervierte. Esta es la manera de comprendernos a nosotros mismos, de entendernos, de aprender y de integrar esas experiencia y aprendizajes a nuestro presente para construir nuestro futuro.

Somos la suma de todas nuestras experiencias pasadas, es gracias a nuestro pasado que formamos una identidad en el presente. Todos tenemos un archivo mental de experiencias, buenas y malas. El recuerdo de nuestros ancestros, nuestros abuelos, la casa donde vivimos cuando éramos pequeños, los lugares que visitamos, las escuelas a las que asistimos, nuestros amigos de la infancia, la comida que nos preparaba mamá que aun nos trae buenos recuerdos, los programas de TV que veíamos, las canciones de nuestra época; y muchos eventos que de una u otra manera marcaron nuestra vida. El conjunto de buenas y malas experiencias a las que nos hemos enfrentado, son las que han dado forma a nuestra personalidad.

Tendemos a idealizar nuestros recuerdos del pasado creyendo que esos eran “los buenos viejos tiempos”, cuando quizá en realidad no haya sido así. Vivimos tan distraídos y desconectados de nuestro presente, que perdemos de vista que es justo en el momento presente donde todo está bien, donde radica la magia de nuestras vidas.

Como dijo George Orwell en su novela 1984, “quien controla el presente, controla el pasado y quien controla el pasado, controla el futuro.”

-Edsl