El YO Superior
- Eduardo De Santiago
- Dec 17, 2020
- 2 min read
Updated: Mar 8
¿Qué es el Yo Superior?
Imagina que dentro de ti hay una versión tuya que siempre tiene paz mental, no se deja afectar por los dramas del día a día y nunca cae en la trampa de discutir en internet con extraños sobre si la pizza con piña es una aberración o un manjar. Es ese "tú" que sabe que todo va a estar bien, que confía, que fluye, que no se toma la vida tan en serio. Ese es tu Yo Superior. El problema es que esa versión iluminada de nosotros mismos aparece menos frecuentemente que las ofertas reales en el Buen Fin. En su lugar, pasamos los días preocupados por facturas, mensajes sin responder y tratando de recordar por qué entramos a la cocina. Nos perdemos en el ruido, en el qué dirán, en el doomscrolling infinito antes de dormir. Es como cuando el WiFi empieza a fallar en medio de una videollamada importante: estamos desconectados de nosotros mismos. Y el principal saboteador de esta conexión es el ego, ese pequeño crítico interno que nos susurra cosas como: "No eres suficiente", "Tienes que demostrarle a todos que la estás rompiendo", "Mira ese influencer viajando por el mundo mientras tú aquí; pagando los recibos de la luz, telefono, y el agua".
Para entenderlo mejor, imagina que todos somos como pequeños ríos que nacen de un Gran Océano (llámalo Dios, Universo, Energía Cósmica o "esa fuerza misteriosa que nos hace encontrar calcetines desapareados en la lavadora"). Fluir es lo más natural para nosotros. Pero entonces llegan el estrés, los problemas y el maldito algoritmo que nos bombardea con vidas perfectas ajenas. Y de repente, en lugar de ríos, nos sentimos como lagos estancados, cada vez más secos. Un día, un sabio llegó a beber agua de uno de estos lagos. El lago, deprimido, le dijo: —Estoy seco. Pronto desapareceré para siempre. El sabio se rió y le respondió: —¡Qué tontería! Siempre has estado conectado con el Gran Océano. Aunque tu agua se evapore, regresa al océano y vuelve a ti. Tu esencia nunca se pierde. Y ahí está la clave: nunca estamos realmente desconectados de nuestro Yo Superior. Solo que a veces lo olvidamos entre notificaciones y listas de pendientes.
¿Cómo reconectar con nuestro Yo Superior? Aquí no te voy a decir que te mudes a un ashram en la India o que hagas yoga en la playa al amanecer (aunque si quieres hacerlo, ¡adelante!). Pero sí hay formas más sencillas de volver a tu esencia:
Escucha tu intuición. Esa corazonada que te dice que tomes un camino distinto al que dicta el ego.
Deja de aferrarte a lo que no puedes controlar. De verdad, suelta. Nadie ha ganado una batalla contra la fila del banco o el tráfico.
Practica la presencia. Qunque esa presencia en ocasiones duela, acepta. Disfruta lo que tienes ahora en vez de obsesionarte con lo que falta.
Ríete más. Porque la vida es demasiado corta para tomársela tan en serio.
Al final del día, todos somos ríos que siguen conectados al Gran Océano, aunque a veces lo olvidemos. Y si alguna vez sientes que tu agua se está evaporando, no te preocupes: siempre puedes volver a fluir.

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