La felicidad no es algo que se encuentra, es algo que se elije día a día

Hoy elijo ser feliz.

Hoy decido ser la persona que quiero ser. Elijo generar la energía que deseo compartir con el mundo. Decido ir tras la vida que sueño, con intención y con fuerza.

Elijo ser un ejemplo. Un modelo a seguir para mis hijas, para mi esposa, para mí mismo.

Elijo dejar un legado de amor, de presencia, de verdad.

Hoy decido vivir con intención. Vivir intensamente. Cuidar mi salud, cuidar mi energía.

Agradezco todo lo que tengo… y también lo que no.

Agradezco el aire en mis pulmones, los latidos de mi corazón, la comida en mi mesa, la salud de mi familia, mi propia salud.

Agradezco a mis ancestros —a los que conocí y a los que no— por todo lo que vivieron, por todo lo que resistieron para que yo hoy esté aquí: respirando, reflexionando, escribiendo, viviendo una vida en paz.

Una vida en un país seguro, sin guerra, con acceso a lo esencial: agua, alimento, un techo, una familia hermosa.

Agradezco los momentos hermosos que he vivido y también los difíciles que he superado.

La vida está hecha de esos instantes que nos transforman.

Agradezco los miedos vencidos y los que todavía me esperan, porque también me enseñan.

Agradezco mi paz, mi carácter, mi forma de ver la vida.

Elijo cada día ser una mejor versión de mí mismo.

Para dar lo mejor. Para inspirar.

Para ser ese padre íntegro y amoroso que mis hijas puedan admirar.

Hoy, una vez más, elijo vivir feliz.