Vivir en el presente cuando el presente duele
- elbudayelcafe
- Feb 20
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Updated: Aug 2
Nos dicen que hay que vivir en el presente. Lo escuchamos en libros, en podcasts, en sesiones de meditación. "El presente es lo único que tenemos", repiten una y otra vez. Y, en teoría, suena hermoso. Pero... ¿y si el presente es un desastre? ¿Si lo que vivimos ahora mismo es dolor, pérdida, frustración o miedo? ¿Cómo se supone que abracemos este instante cuando lo único que queremos es que pase lo más rápido posible?
Vivir el presente no es tan sencillo cuando duele. Es fácil decir "vive el momento" cuando ese momento es un atardecer en la playa, una cena con amigos o el abrazo de alguien querido. Pero cuando el momento es desesperación, sufrimiento o incertidumbre, la idea de quedarse ahí y aceptarlo parece casi cruel. Entonces, ¿qué hacemos?
Básicamente, tenemos tres opciones:
1. Cambiat
2. Aceptar
3. Salir, dejar, huir
Si podemos cambiar la situación, adelante. Si podemos alejarnos de ella, también es válido. Pero hay momentos en los que ninguna de estas opciones es posible. Hay dolores que simplemente están ahí y no se van de la noche a la mañana. En esos casos, nos queda la tercera opción: aceptar.
Ahora bien, aceptar no es rendirse ni resignarse. No significa quedarnos inmóviles sufriendo en silencio. Aceptar es ver las cosas como son sin añadir más peso del necesario. Es entender que el sufrimiento se multiplica cuando peleamos contra lo inevitable.
Aceptar no es fácil, pero nos permite soltar esa lucha interna y encontrar algo de paz en medio del caos. Nos ayuda a navegar el dolor sin que nos destruyan. Y, lo más importante, nos recuerda que nada es permanente. Lo bueno y lo malo, todo pasa.
Así que sí, vivir en el presente es un reto, sobre todo cuando duele. Pero tal vez la clave no es simplemente "vivirlo", sino aprender a estar en él con la mayor honestidad y compasión posible. Al final del día, todo cambia, incluso lo que parece eterno.
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