Yo NO ayudo a mi esposa en casa

Así es, yo no ayudo a mi esposa en casa. Ella NO necesita ayuda. Ella necesita un compañero. Yo soy su compañero en este viaje por la vida y ser compañero no requiere ayuda. Ella requiere que la carga sea levantada por ambos, no siempre es 50 y 50%, en ocasiones ella lleva la carga al 100% o viceversa, pero siempre con ese sentido de apoyo y compañerismo.

No le ayudo a limpiar la casa porque yo también vivo aquí. Es mi responsabilidad también que ella, mis hijas y yo vivamos en un ambiente limpio, sano y visualmente agradable.

No le ayudo a cocinar, yo también necesito comer. Aunque en realidad, tanto ella como yo, preferimos que yo me quede fuera de la cocina, y no es por la “ayuda'' sino por mi sazón!

No le ayudo a lavar los platos, porque yo también comí en ellos.

No le ayudo con mis hijas, porque también son mis hijas y mi trabajo es ser un verdadero padre.

Yo no soy una ayuda en casa, soy parte de la casa y de todo lo que conlleva.

Deja de una buena vez aquellas absurdas creencias, esas creencias de la cultura del macho. No, no es responsabilidad únicamente de mi esposa llevar la casa. No es únicamente su responsabilidad de educar ni criar

niñas independientes. No es únicamente su responsabilidad que la comida esté lista. Es una responsabilidad compartida, algunas veces al 50% otras veces al 100% y algunas veces en cualquier rango de %.

El verdadero cambio para una mejor comunidad, para un país mejor, para un mundo mejor empieza justamente en mi, en mi casa. Enseñemos a nuestros hijos el verdadero significado de compañerismo.

-Edsl